La Cueva de Cuevas es un espacio para descubrir en la penumbra la magia de las pinturas en el marco natural, con el mismo ambiente en el que se encuentran las pinturas y grabados originales.

Se trata de un recinto subterráneo que recrea fielmente el mundo emotivo y sensorial del interior de las cavernas.

En él, se exponen las reproducciones a escala real de tres significativos conjuntos del arte rupestre paleolítico europeo.

Sala de los Polícromos de la cueva de Tito Bustillo (Asturias)

Se encuentra representada la Sala de los Polícromos, denominada así por el uso de varios colores: de rojos y negros (con derivaciones en morados). A esta variedad se suman también las dos técnicas utilizadas: la pintura y el grabado, esta última usada tanto para señalar algunos contornos como para detallar y destacar los ojos y las colas.

El animal más representado es el caballo, en este caso del tipo Tarpán, un tipo de caballo que existía en esta región en una época de glaciación en la que el clima oscilaba entre los 0 y 5 grados. Destaca además la imagen de algunos renos con pelaje en el cuello y también se encuentran representados algunos signos, el que más destaca es uno grabado cuadrangular en forma de parrilla.

La Sala de los Polícromos es uno de los mejores ejemplos de superposición y uso reiterado e intencionado del espacio del arte rupestre europeo. En el mismo panel se recogen representaciones que datan de hace 23.000 años hasta sus últimas fases de 13.000 años.

Cueva Tito Bustillo

El panel nº 4 del Salón Negro de la cueva de Niaux (Francia)

Cueva niaux

La base de la piedra no está coloreada y la gama para las figuras es restringida: negro y algo de rojo para algunos de los signos.

El animal que predomina es el bisonte, representado en la parte superior del panel. El bisonte que destaca en la parte central izquierda se suela catalogar como hembra por las formas que presenta, como la joroba poco pronunciada. En contraste y afrontado a este se encontraría el macho de la derecha que presenta una joroba más pronunciada.

En la parte inferior de la pared se representan varios caballos que con el pelo pintado representan a un tipo de équidos con gran cantidad de pelo, los Przewalski. Completan el bestiario dos cabras, una representada de manera muy naturalista y la otra totalmente esquemática.

La datación del panel es de 13.000 años de antigüedad.

El Camarín de la cueva de Candamo (Asturias)

La de San Román de Candamo es la cueva con pinturas del Paleolítico superior que se encuentra situada en el extremo más occidental de la Península Ibérica.

La palabra camarín viene de cámara y consiste en una oquedad que dada su ubicación en la cueva supone en sí misma un santuario. Se encuentra en un lugar de difícil acceso a 12 metros del suelo, un magnífico ejemplo de ubicación pensada y escogida que da idea no sólo de la importancia que daban a las formaciones geológicas sino también a la iluminación.

En el centro de la composición aparece la figura de un caballo de color siena y de estilo solutrense y otros tres équidos de ejecución incompleta, así como un uro, animal extinguido en el s. XVII y antecesor del toro.

Las pinturas del Camarín han sido datadas en 21.000 años. No son las únicas pinturas que aparecen en la cueva aunque sí son las mejores conservadas. Cabe destacar que desde el verano de 2008 tanto la cueva de Candamo como la de Tito Bustillo y otras tres cuevas asturianas (Llonín, Pindal y Covaciella) han sido declaradas monumento de la humanidad por la UNESCO, lo que supone una puesta en relieve de la importancia de estas representaciones, singulares e irrepebles, que aunque en muchos casos estén cerradas al público general, se pueden admirar y disfrutar en réplicas exactas como las que se muestran en el Parque de la Prehistoria de Teverga.

Cueva de Candamo